Ella es práctica y pragmática y le encantan los peluches de Ikea, sobre todo el Kramig, el oso panda. Él es incapaz de aguantar un trabajo más de dos meses, es un hipocondríaco patológico y un romántico de manual.
Son opuestos, pero un día se conocen y no pueden separarse. Y, cuando deciden tener un hijo, surge la pregunta que cambiará su vida para siempre: ¿Si pasa algo en el parto a quien salvarías? ¿A la madre o a la criatura?
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